“Todo esto empezó hace año y medio por un osteosarcoma grado cuatro abajo de la rodilla y ya ahorita es una metástasis que brincó a los pulmones, igual: grado cuatro. Y pues no me sirvieron (ni la) quimioterapia, ni medicamentos en el hospital y ahorita me están ayudando con medicamento paliativo. Constantemente está el dolor, no desaparece”.
Él es Raúl, un joven papá de 34 años a quien le diagnosticaron un tipo de cáncer de hueso, le dieron quimio, radio y le amputaron su pierna, pero no responde a los tratamientos convencionales. Él ya está cansado; ya no quiere seguir intentándolo.